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Si notais que llevo mucho tiempo sin escribir, posiblemente me esté pasando la mismo que le ocurrió a García Birlán.
"El deber me ordena que os dedique esta crónica y la pluma se niega a escribirla. Se amontonan las notas en mi imaginación y la péñola no sabe darles forma. Esfuerzo el pensamiento, concibo ideas, bullen las palabras en la mente y aun permanecen blancas las cuartillas."

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¿Un cateto escribio esto?:

Esta cárcel que, durante varios meses, le dio ocasión de un trato prolongado con el mundo variopinto del hampa, verdadera sociedad paralela con su jerarquía, sus reglas y su jerga, parece ser, con mayor probabilidad que la de Castro del Río , la misma donde se engendró el Quijote, si hemos de creer lo que nos dice su autor en el prólogo a la Primera parte: una cárcel «donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación», y en la cual bien pudo ver surgir, al menos, la idea primera del libro que ocho años más tarde le valdría una tardía consagración.

Cervantes en su vivir .

Jean Canavaggio

martes, 20 de septiembre de 2011

Tengo una pregunta para usted.* *- Original

En la revista de Feria por error alguna frase aparece cambiada.

TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED.



Mientras vivimos no paramos de hacernos preguntas. Las preguntas abiertas tendrán peor solución y las cerradas nos serán más fáciles responderlas, por ejemplo nuestro género ¿Macho o hembra? La pregunta se puede convertir en cuestión si el tema se basa en querer saber la tendencia sexual.

Cada uno se planteara cuestiones diferentes para la búsqueda de la solución a problemas similares.

Con esta reflexión estoy diferenciando dos palabras que para muchos son sinónimas

Existirán preguntas sin repuesta que nos acompañarán toda nuestra vida.

Historia.

En el 400 A.C. el filósofo Heráclito de Efeso se planteaba: Todas las cosas se corrompen, se degradan, la montaña, el ser humano, la materia, la piedra, etc. ¿”Es” para dejar de “Ser” o “Son” para dejar de “Ser”? Pretendía ni más ni menos que resolver la pregunta más importante existente en el universo. La gran cuestión ontológica ¿Que es “El Ser”?.

La literatura nos dejaba a principios del siglo XVII de la mano de Shakespeare una de las cuestiones mas famosas. “Ser o no Ser”.

Introducción

Cuestionar es incluso de ricos. Los pobres no tienen la necesidad de auto preguntarse constantemente ya que tienen menos posibilidades de elección, igual pasa con el estudiante que ha sacado nota baja en la selectividad o repite examen para subir nota o elige una carrera que no le gusta.

Poco había que pensar para elegir el vino cuando escuchábamos aquel anuncio: La elección es bien sencilla o Moriles o Montilla.

Toda la vida nos pasamos respondiendo preguntas ya sean a modo de cuestionarios o a preguntas sueltas; bien para medir nuestro conocimientos, bien para obtener información sobre nosotros. ¿Fumas? tiene fácil respuesta; más complicada es: ¿Piensas dejar de Fumar? Ésta se convierte en un dilema.

De niños formular cuestiones servía de pasatiempo ¿Si tú eres tú y yo soy yo quién es más tonto de los dos? La respuesta parece beneficiar al que pregunta y crea serias dudas al entrevistado.






Vivencias


Sirva esta introducción para recordar una cuestión castreña; también de niños, y, que antaño se utilizaba a menudo; hoy prácticamente en desuso de clara connotación ribereña; ya que el Guadajoz de esa época, a parte de aportar riqueza formaba parte del espacio de diversión de la sociedad Castreña, sobre todo de los más jóvenes. Las Alamedas cercanas a la población eran lugar de encuentro diario para numerosas pandillas y en verano las azudas de por encima de los desagües del pueblo se convertían en lugares de baño. Hoy parece que vivimos a espaldas del río, las orillas están abandonadas a la maleza haciéndolas inaccesibles y la escasé de arboleda no ofrecen lugares amplios para el ocio bajo la sombras.

La pregunta en cuestión decía así: Pegamí y Pegamé fueron al río; Pegamí se ahogó ¿Quién quedó?

La mejor solución si conocías las consecuencias de la respuestas era hacerte el tonto y responder “No lo Sé”, y por, mucho que insistieran no bajarte del burro.

Cuando te cogian de primeras no tardabas mucho en notar la aprobación de la respuesta, había que dar gracias para que en ese momento la presencia de manos no fuera muy numerosas, por que si no, te “hartabas de guantazos”, los más lentos pensaban ¿Y esto a que viene? Como pusieras cara de exclamación allí iban con la pregunta otra vez y vuelta a empezar.

Una cuestión que podemos recordar con simpatía, ya que en nuestras vidas se nos presentarán algunas con peor lidia y más mala leche y que deberemos afrontar al igual que Hamlet cuando decidió ante (entre) la vida y la muerte.

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